El primer contacto del potro con el humano es una etapa fundamental en su vida y en su vida en domesticidad. Tenemos la obligación de
convertirla en una buena experiencia para él, basada en el respeto y la confianza.
Por razones que solo el caballo conoce, aveces responde de manera que pone en peligro a su jinete, a él mismo y a quien esté alrededor. Debemos convencerle, sin
miedo y sin estrés, que puede responder de una forma diferente y más segura para todos.